EN ESTO CREEMOS
La Biblia es la palabra de Dios
Creemos que la Biblia es inspirada por el Espíritu Santo, infalible, inmutable y aplicable a nuestra vida cotidiana. (2 Timoteo 3:16)
Un solo Dios que se manifiesta en tres personas
Creemos en un Dios eterno que es el creador de todas las cosas. El existe en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, y los tres son uno. (1 Juan 5:7)
La divinidad de Jesucristo
Creemos que Jesucristo es Dios, nacido de una mujer virgen; que fue crucificado, murió por nosotros y resucitó al tercer día; ascendió a los cielos y ahora está sentado a la diestra de Dios Padre. (Isaías 7:14, Lucas 1:30-35; Hechos 2:25-36)
La salvación
Creemos que la iniquidad, la rebelión y el pecado nos separan de Dios y de su propósito para nuestras vidas. Creemos que solo Jesucristo puede darnos salvación (Hechos 4:11-12; 1 Timoteo 2:5). Creemos que la salvación es dada por gracia de Dios (no por obras ni merecimiento) y se recibe por medio de la fe en la obra completa de Cristo Jesús (Efesios 2:8-10).
Fundamentos de la iglesia
Creemos que los fundamentos de la fe cristiana son más que un conjunto de normas o estatutos religiosos. Creemos que hay un único cimiento, inamovible y eterno, que es Cristo, la roca de nuestra salvación (1 Corintios 3:11); así mismo, la iglesia como edificio espiritual, debe ser edificada sobre las seis columnas o doctrinas fundamentales que aparecen en hebreos 6:1-2.
El Arrepentimiento
Creemos que el verdadero arrepentimiento es un cambio profundo de pensamiento que nos lleva a tomar un nuevo rumbo. No hay obra religiosa que pueda sustituirlo (Isaías 64:6). Para vivir plenamente los beneficios de la salvación —vida eterna, sanidad, libertad, provisión y fortaleza— es necesario arrepentirnos continuamente, someternos al señorío de Dios, creer en el poder de la resurrección de Cristo y perseverar hasta el final. (Romanos 10:9; Mateo 24:13; Apocalipsis 2:10)
La fe en Dios
Creemos que sin fe es imposible agradar a Dios y que es la herramienta dada por Dios al ser humano para obtener la sustancia de las cosas que nos han sido prometidas, y que ya fueron ganadas por Cristo en la eternidad por medio de su muerte y su resurrección (hebreos 11:6; hebreos 6:12)
El bautismo en agua
Creemos en el bautismo en agua, como señal de fe, obediencia e identificación con la muerte y resurrección de Jesús para vida eterna (Marcos 16:16; Romanos 6:4). Creemos que, en el mundo espiritual la persona queda inmersa en el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:27), se le abren los cielos sobre su vida y su obediencia le da placer al Padre (Mateo 3:15-17)
El bautismo del Espíritu Santo
Creemos en el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas. Creemos que, sin el Espíritu Santo, el cristianismo, sería una religión más. Creemos que el Espíritu Santo es quien nos empodera para tener vida de oración y Adoración (Romanos 8:26-27; efesios 6:18); nos da revelación de las escrituras (Juan 16:13); nos empodera para testificar de Cristo (Lucas 24:49; hechos 1:8)
La imposición de manos
Creemos que, en las esferas de paternidad, la bendición se profetiza con la boca y se sella con las manos. Con la imposición de manos podemos: ministrar el bautismo en el Espíritu Santo (hechos 8:17-18); impartir dones espirituales (romanos 1:11); hacer señales y maravillas (Marcos 16:18); sanar los enfermos (Lucas 4:40); comisionar o enviar a un ministerio (hechos 6:6).
La resurrección de los muertos y juicio eterno
Creemos que el destino de los justos es diferente al de los que rechazan el señorío de Cristo; creemos que hay un lugar de descanso para los justos y un lugar de tormento para los impíos (Lucas 16:22-24).
Creemos en la segunda venida de Cristo por su pueblo, que solo los muertos en Cristo resucitarán en ese momento y los cristianos verdaderos que estén vivos, serán transformados y arrebatados para reunirse con Jesús en el aire (1 Tesalonicenses 4:13-18; 1Corintios 15:51-53). Creemos que todos los que participemos de esta primera resurrección, compareceremos ante el tribunal de Cristo, no para ser juzgados, sino que para recibir recompensa por todo lo que hicimos mientras estábamos en nuestros cuerpos en la tierra (2 Corintios 5:10)
Creemos que todos los seres humanos que hayan rechazado a Dios, no tendrán parte en la primera resurrección cuando Cristo regrese por su pueblo, y solo resucitarán al final del tiempo, para ser juzgados ante el gran trono blanco de Dios, donde recibirán sentencia por todas las obras que hayan hecho en la tierra (Apocalipsis 20:11-15)
La santificación
Creemos en la santificación como una obra hecha instantáneamente en el espíritu humano, cuando la persona recibe a Jesús como Rey y salvador, pero que debe ser desarrollada progresivamente en el alma y en el cuerpo de todo hijo de Dios. (hebreos 12:14; Romanos 6:19-22)
El Reino de Dios
Creemos en el Reino de Dios como el gobierno invisible, absoluto y verdadero de Dios y la persona de Jesús como único Rey. (Juan 3:3; Hechos 8:12; Romanos 5:17; hebreos 12:28)
El poder sobrenatural del Reino
Creemos en el poder sobrenatural del Reino para enseñar, predicar, sanar a los enfermos, echar fuera demonios y hacer milagros, maravillas, señales y prodigios en el Nombre de Jesús (Marcos 1:32-34; Juan 14:12; Mateo 12:28; Marcos 16:17)
Los cinco ministerios
Creemos en los cinco ministerios como los dones dados por Cristo para edificar su cuerpo (Efesios 4:11-12). Creemos que los cinco ministerios son una extensión del ministerio de Jesús, que no hay uno mayor o mejor que los otros, sino que los cinco se complementan entre sí.
Predicar el evangelio
Creemos en expandir el evangelio del Reino de forma local, nacional y mundial, con la palabra de Dios y con demostración del Espíritu y de poder (Mateo 24:14; 1 Corintios 2:4)
Iglesia y Congregación
Creemos que la Iglesia no es un edificio físico, sino la comunidad de personas que han puesto su fe en el Señor Jesucristo. También creemos en el llamado de Dios a reunirnos con regularidad para orar y adorarle juntos, ya sea de forma presencial o desde cualquier lugar del mundo, utilizando los medios de comunicación que tengamos a nuestro alcance. (Hebreos 10:25)