¡Victoria con un precio doloroso!
- Álvaro Otálvaro Rojas

- 9 dic 2024
- 1 Min. de lectura

Leer Lucas 2:7 "Su primer hijo, como no encontraron ningún cuarto donde pasar la noche, los hospedaron en el lugar de la casa donde se cuidan los animales. Cuando el niño nació, María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre"
A veces olvidamos que Jesús, antes de nacer, ya tenía un destino marcado: morir por nosotros. Nació en un entorno humilde, lejos de la comodidad, en un establo frío y oscuro, rodeado de la fragancia del estiércol de los animales. A tan solo momentos de su llegada al mundo, sus padres debieron huir a Egipto para protegerlo de un gobernante que, en su ira, decretó la muerte de todos los niños menores de dos años en Belén.
Hoy, vivimos en un mundo igualmente marcado por el caos, la corrupción y la maldad. Sin embargo, la Navidad nos invita a recordar que, incluso en los momentos más oscuros, pueden surgir luces de esperanza. No necesitamos una vida perfecta para experimentar paz y alegría. Esta temporada es un recordatorio de que, incluso en medio de las dificultades, Dios puede traer algo hermoso, y que cada noche, por oscura que sea, tendrá un nuevo amanecer.
Oración:
Señor Jesús, perdóname porque a veces me quejo demasiado de mis situaciones, aunque jamás se puedan comparar con las vicisitudes que tuviste que enfrentar al venir a la tierra a salvarme y darme vida eterna. Por favor ayúdame a ser mas agradecido y a vivir una vida más agradable delante de ti.
Amén.



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